Hace poco escuchaba por la radio la cantidad de casos que se diagnostican de depresión en la infancia. Algunos de los motivos eran la no socialización entre semejantes, la ambigüedad frente a la frustración o la dificultad para expresar los sentimientos. Esto me hizo recordar un episodio que viví hace ya algunos años en uno de mis campus.
Un día mientras almorzábamos en la media hora de descanso, veía el comportamiento de todos los niños alrededor, y entre todos ellos observé y me fijé en Valiente. Valiente era una beca social que habíamos dado ese año, era un encanto de niño, que intentaba aprender y se involucraba al máximo en los entrenes , pero que sin embargo al fijarme detenidamente en él, pude constatar como no sabía relacionarse adecuadamente con los demás.
Y en ese hecho tan sencillo (o tan complejo) tuve un gran aprendizaje: Si hablamos del baloncesto como un deporte de equipo, y donde por tanto, las cualidades y el comportamiento grupal deben ser los mejores ¿de qué me servía a mi enseñarle a Valiente con 10 años, una mecánica perfecta si no tenía las herramientas sociales adecuadas para involucrarse en el grupo?
Ese hecho me hizo recapacitar y ver la importancia de conocer, o lo que es más importante: ESCUCHAR. Y por tanto escuchando a Valiente, vi que realmente solo necesitaba un entorno donde sus cualidades fueran validadas, aunque no fuera una mecánica perfecta, y donde sus puntos fuertes fueran reforzados. Ahí entendí que el deporte era una potente arma educativa. De esta manera Valiente y yo empezamos un vínculo donde yo le di un lugar, ¿Cual? el que él decidió .
Valiente lleva 4 años viniendo a nuestras actividades y es un niño maravilloso.
Me gustaría, para terminar, hacer una reflexión sobre lo que es “la mirada social” Seguramente alguna vez os habéis encontrado a alguien que no se asemeja a vosotras. Quizá lleve muchos tatuajes, quizá sea muy callada, quizá simplemente se salga de lo que es “normal” para vosotras. De una manera instintiva a tu cerebro socialmente estereotipado no le encaja y lo “apartas” quedando aislado de ti, tus recuerdos, tu vida. Tener una mirada social es entender que existe la diversidad, que cada persona tiene sus cualidades y que todos merecemos que sean validadas.
Integración y diversidad, dos términos con los que cada día me siento más identificada.
Muchas gracias, Maria